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Discurso del Dr. Benjamín Colamarco Patiño, Ministro de Obras Públicas, durante el acto de nominación de la Autopista Panamá – Colón con el nombre de Don Alberto Motta

Excelentísimo Señor Martín Torrijos, Presidente de La República; Señor Vicepresidente Samuel Lewis; Sus Excelencias Ministros y Ministras de Estado; Honorable Diputado Eloy Zuñiga, Presidente de la Comisión de Obras Públicas de la Asamblea Nacional; Honorables Gobernador y Alcalde de la Provincia y Distrito de Colón; Don Stanley Motta y respetables familiares de Don Alberto Motta; Distinguidos miembros de la Directiva de la Asociación de Usuarios de la Zona Libre y de la Cámara de Comercio de Colón; Señores Presidentes y ex presidentes de la SPIA, de la CAPAC y de ACOBIR; Señora Rectora Magnífica de la UTP y señores Vicerrectores; señores ex ministros de Estado y honorables profesionales de la Ingeniería y la Arquitectura que nos honran con su presencia; compañeros Dirigentes Sindicales; señores invitados especiales; distinguidos periodistas… amigos y amigas…

No nos cabe la menor duda de que todos coincidimos en que la autopista Panamá-Colón es una necesidad histórica y una deuda de muy vieja data con los colonenses y con todo Panamá.

Desde la época de la conquista española y posteriormente cuando la afluencia de viajeros  a través del Istmo originó el Camino de Cruces, ya se identificaba la importancia geo estratégica de la ruta entre los dos océanos.

La autopista Panamá-Colón que hoy, casi quinientos años después, se construye, es vital para aumentar la competitividad del eje transístmico toda vez que, al complementar el ferrocarril y las operaciones del canal, mejora la posición del país en la red global de comunicación y la oferta de nuestra plataforma logística multimodal.

La autopista, junto con el ferrocarril transístimico, una vez terminada, será el segundo canal seco de Panamá. ¡Qué país en el mundo puede competir con eso!!

Desde que el Presidente Martín Torrijos asumió el gobierno, se comprometió en hacer realidad un sueño postergado por  más de 20 años. Hubo voluntad, hubo visión, hubo capacidad y hubo determinación para construirle viabilidad técnica, jurídica y política en el mejor sentido de la palabra, porque el país no podía esperar ni un día más.

Lo cierto es que en la Administración Torrijos No prometimos… nos comprometimos en hacer la autopista Panamá-Colón. En pocas palabras, se tuvo la capacidad de hacer posible lo necesario.

Fue así que apegados a la Ley 5 de Concesión Administrativa de 1988 y el Decreto 17 de 1989 que la reglamenta; y al Contrato de Concesión  98 de 29 de diciembre de 1994, que hubo que adecuar a las necesidades estratégicas definidas para la obtención de los objetivos planeados, se surtió el trámite legal correspondiente, lo que permitió que el 7 de marzo del 2007 se diera la orden de proceder y al día siguiente, el 8 de marzo de ese mismo año, se iniciara la obra por tantos años esperada.

Sesenta días después, como establece la Addenda 5 al Contrato y sus anexos, la empresa concesionaria tendría 24 meses para concluir los trabajos, es decir el 7 de mayo del 2009.

No obstante, podemos informarle orgullosos, Señor Presidente, que esta obra estará concluida, en su fase actual, entrando por Quebrada López hasta Cativá, a finales del mes de abril próximo.

La obra concesionada contempla el estudio, diseño, construcción, operación, explotación y mantenimiento. En este complejo proceso de construcción se han enfrentado todas las circunstancias, eventos, contingencias y múltiples dificultades, pero tenemos hoy un 91% de la obra ejecutada, con cerca de 3,000 empleos directos y de calidad, de los cuales el 70% son colonenses.

Hoy me honro en reconocer y reafirmar ante usted, Señor Presidente y distinguidos invitados, que en toda esta obra los colonenses han demostrado, como lo hicieron cuando la construcción de nuestro Canal, que saben hacer bien los trabajos que emprenden con tesón y perseverancia.

El Ministerio de Obras Públicas ha cumplido a cabalidad con la  supervisión de la construcción y con las actividades y compromisos contractuales que le correspondían referidas a la excavación  y remoción de descapote para las canteras; las vías marginales conexas para el tránsito local, puentes peatonales, entre otras actividades a nuestro cargo a lo largo de la obra.

La Dirección de Ingeniería de la Contraloría General de la República, ceñidos a sus atribuciones, también ha cumplido el papel que le compete.

Apegados al contrato de concesión administrativa y adecuando la inversión en la obra en lo que tiene que ver con sus aspectos técnicos, de construcción, geofísicos y operativos, el monto referencial de la inversión  recuperable a través de la concesionaria, es de 267 millones de balboas.

Esto representa un nuevo importantísimo activo para el Estado y su enorme valor de uso, garantiza ahorros importantes; aumento de las frecuencias de viaje con tiempos de recorrido en 40 minutos entre las ciudades de Panamá y Colón con altos estándares de calidad y seguridad.

Esta obra de 42 kilómetros, incluye también la rehabilitación de 7 kilómetros de la Carretera Transístimica y la construcción de seis puentes, entre ellos el importante cruce sobre el Río Chagres; 15 pasos vehiculares, y dos intercambiadores en Maddem y Quebrada López.

La autopista Panamá-Colón es una obra de primer mundo, construida con las características y estándares más elevados, con sistemas de seguridad y manejo de las aguas, con cunetas centrales y drenajes subterráneos, que evitarán riesgos para el manejo de los conductores en tiempo de lluvia. Con diseño de la vía para velocidades de 120 kilómetros por hora y estructura del pavimento rígido en cemento Pórtland certificado de alta resistencia y excelentes niveles de rugosidad; berma u hombros laterales amplios y un entorno paisajístico amable con la naturaleza.

No puedo dejar de mencionar, Señor Presidente y amigos todos, que la concesionaria ha reforestado más de 350 hectáreas a lo largo del alineamiento de la autopista y no me cabe la menor duda de que se constituirá en eslabón potenciador del turismo en la costa atlántica, lo que le dará mayor visibilidad a la Provincia de Colón, convirtiéndose así en un motor clave para el desarrollo nacional.

Al final, estamos incrementando el patrimonio neto del Estado panameño.

Como las imágenes son más elocuentes que las palabras, con la venia del Señor Presidente, quisiera presentarles un breve compendio documental del diseño y avance de la ejecución de la obra hasta el día de hoy, 18 de febrero de 2009.

Veamos…

 

Benjamín Colamarco Patiño

Ministro de Obras Públicas

La Ingeniería Civil y su compromiso con la Comunidad

CONGRESO DE INGENIERÍA CIVIL:

Tengo el honor de presentarme ante ustedes a nombre del Excelentísimo Señor, Martín Torrijos,  Presidente de la República,  quien ha tenido a bien designarnos para que les dirijamos las palabras de inauguración del Décimo Congreso de Ingeniería Civil, el cual se propone abordar el compromiso de la ingeniería civil con la comunidad, además de destacar la memoria del insigne Ingeniero ALBERTO DE SAINT MALO.

Quiero que sepan que cumplo el encargo del Señor Presidente con especial agrado porque durante el tiempo que tengo de estar al frente del Ministerio de Obras Públicas he tenido la oportunidad de disfrutar del trabajo en compañía de talentosos y dedicados ingenieros e ingenieras civiles que colaboran con la misión del MOP. También me es particularmente grata esta designación por tratarse de un evento del más alto nivel profesional que se propone ofrecer “soluciones técnicas a los diferentes problemas que confrontan nuestras comunidades con atención especial en los temas de transporte, comunicación y ambiente”. Estos temas son objeto del mayor interés del señor Presidente de la República y de su programa de gobierno.

El Presidente Martín Torrijos, ha plasmado su compromiso con la comunidad nacional en un programa de gobierno que se organiza en 4 grandes ejes que son: desarrollo humano sostenible; desarrollo económico con rostro humano; desarrollo de los servicios básicos e infraestructura y la reforma del Estado.

Estos ejes se intersectan recíprocamente precisamente al buscar  expresión real en las comunidades. Cuando nos habla de desarrollo humano sostenible se refiere a la incorporación de las comunidades organizadas, a la batalla para derrotar la pobreza en todo el territorio nacional y, en particular, en las zonas indígenas que es donde se concentra la pobreza extrema. Más aún,  aspiramos a que esto tenga lugar en un país cuyo ambiente sea saludable y sostenible y en el que predomine el manejo adecuado de los recursos naturales y el entorno humano con participación de las comunidades  y, en especial, de los gobiernos locales.

Su compromiso con el desarrollo económico con rostro humano se refiere a edificar un país competente y competitivo, se refiere también a la necesidad de contar con servicios básicos e infraestructura moderna al servicio de la gente: agua para todos, vivienda para los que no tienen y transporte público eficiente. Alude directamente a la necesidad de contar con una red vial nacional en buenas condiciones, con calles rehabilitadas en todo el país, sin descuidar los caminos de producción.

Evidentemente, todos estos propósitos y sus trayectorias de acción para alcanzarlos confluyen en las comunidades. Es a estas donde apunta el programa de nuestro gobierno.  Así pues, la solución a los problemas de las comunidades, con la participación de ellas mismas,  es el objeto esmero de nuestro gobierno y de los mayores desvelos del Señor Presidente de la Republica.

Para todos resulta afortunado que este magno Congreso de Ingeniería Civil de Panamá centre sus esfuerzos de reflexión y trabajo en “reafirmar el papel que desempeña el ingeniero civil en la búsqueda de las soluciones a los problemas nacionales que afectan a nuestras comunidades en los campos del transporte y medio ambiente. Los problemas de las comunidades constituyen lugar común tanto del Colegio de Ingenieros Civiles, de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos como del Señor Presidente de la República y nuestro gobierno. En tal sentido, generar soluciones técnicas es un propósito que nos une en estos momentos cruciales para el futuro de Panamá.

El Señor Presidente ha dicho que todos somos parte del mismo equipo, somos: “el equipo de Panamá”, y que nuestra responsabilidad principal es  ganarle la batalla a la pobreza, abriendo caminos, extendiendo las redes viales, llevando vivienda y  agua a todos cuantos podamos, actuando siempre con respeto por la naturaleza y  estableciendo una nueva relación con ella.  Se trata, en fin de cuentas, de trabajar juntos para “devolverle la esperanza” a los panameños.

Ustedes,  ingenieros e ingenieras civiles de Panamá,  son poseedores de un saber y una tecnología milenaria. Desde  el inicio de la civilización, la ingeniería ha estado ligada al progreso humano. En todas las épocas, han impulsado avances en las tecnologías de construcción y han estado ligados a las  pequeñas como a las  grandes obras de desarrollo y transformación del espacio urbano.  Junto a los arquitectos, son poseedores de una capacidad de idear, crear  y llevar a la realidad lo que nunca ha existido, aportando enfoque y soluciones técnicas innovadoras a los problemas del territorio y la geografía.  En fin, han estado y seguirán íntimamente ligados a la construcción de nuestro futuro como nación.

El futuro es un camino por construir

Con frecuencia el futuro es concebido simplemente como lo que viene después del presente, es decir, como continuidad segura. Pero yo creo que el futuro es también aquello que es diferente a presente y que se encuentra aún abierto a que se le diseñe y construya. Por eso sostengo que el futuro se construye. No sólo es factible conocerlo inteligentemente, sino que también es posible construirlo estratégicamente. El futuro es un camino por construir.   Desde esta perspectiva, el futuro de Panamá dependerá de lo que hagamos los panameños  en el camino para llegar a él, esfuerzo que, por cierto, no está exento de incertidumbres y riesgos.

Señoras y señores:

Ustedes coincidirán conmigo que vivimos tiempos de cambios y oportunidades.

Estamos, como bien ha dicho el Señor Presidente de la República, ante un reto formidable porque “el mundo ha cambiado y el Canal de Panamá también debe cambiar”, para que pueda seguir siendo eficiente, competitivo y rentable.  Después de casi un siglo de su construcción, nos encontramos ante esta disyuntiva: o lo ampliamos para que genere mayores beneficios para todos los panameños, o nos conformamos… “con el canal que tenemos” y la inexorable realidad de que a partir del año 2009, empecemos a observar rendimientos decrecientes en el canal.

Los Tratados Torrijos – Carter nos dieron la posibilidad de culminar el siglo XX en posesión de un Canal Interoceánico enteramente panameño y, en virtud de ellos, entramos al siglo XXI en posesión de un recurso estratégico mundial.  Durante 27 años hemos enfrentado  el desafío de administrarlo y dirigirlo  y lo hicimos bien y mejor.  Ahora, nuestro deber es hacer frente al desafío de ampliar su capacidad y prolongar su vida útil. El nuevo compromiso es comenzar el siglo XXI con un Canal moderno, competitivo y  al servicio de nuestro pueblo y también del mundo y que nos permita avanzar hacia un desarrollo nacional con carácter social.

No se trata solo del futuro del Canal por vía de su ampliación, hablamos de la oportunidad de definir y decidir el futuro de nuestros hijos y de las próximas generaciones de panameños. Ellos son los beneficiarios principales de este gran proyecto. Es la oportunidad que tenemos para construir y organizar nuestro futuro, para dar un salto hacia mejores días, para comenzar a salir de la pobreza y también para construir sueños… y de hacerlo con el concurso de todos.

Nosotros en el Ministerio de Obras Públicas también nos consideramos constructores de futuro, porque cada nuevo camino que terminamos y cada puente que edificamos, despeja barreras geográficas y culturales, abre  horizontes e integra comunidades;  cada montaña que atraviesan nuestros tractores con el debido respeto por la naturaleza y el ambiente, contribuye a la vida de nuestro pueblo y por ende a la de nuestro planeta; asimismo,  cada nuevo segmento que se agrega a la red vial existente y cada tramo que reparamos, reduce costos y tiempos de traslado de personas y productos, mejora  la calidad de vida de la gente. Con decisión y esmero, estamos construyendo sueños y esperanzas.

Ustedes también son constructores de futuro, y esto lo hacen participando con liderazgo en la conducción de sus empresas, aportando sus saberes desde posiciones públicas  y privadas, contribuyendo a la adopción de decisiones acertadas, contribuyendo a animar la innovación desde las empresas y desde las cátedras.  Ya lo ha expresado el Señor Presidente de la República Martín Torrijos, estamos dispuestos a trabajar con ustedes como integrantes del equipo de Panamá cuya tarea más urgente es ganarle la batalla a la pobreza y hacer que triunfe la esperanza.

¡Que nadie frene la esperanza de ampliar las oportunidades para todos!

Tengo la seguridad que en este X Congreso de Ingeniería Civil que organiza el Colegio de Ingenieros Civiles de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos, se aportarán soluciones técnicas a los problemas que confrontan nuestras comunidades en materia de transporte y ambiente y que se renovarán los compromisos sociales de los ingenieros e ingenieras civiles de Panamá con nuestro pueblo,  teniendo la amplitud de miras que los caracteriza.

En nombre del Excelentísimo Señor Presidente Martín Torrijos, declaro inaugurado este Décimo Congreso de Ingeniería Civil de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos.

Muchas gracias.

Dr. Benjamín Colamarco Patiño

Ministro de Obras Públicas

Panamá, 14 de agosto de 2006